martes, 9 de abril de 2013

Cuentos chinos

(transcripción de programa de Radio)

           Desde hace ya muchos años y con motivo de más de una docena de viajes a China, he tenido la ocasión de ir recopilando un gran número de cuentos espirituales y metáforas que los maestros utilizan para transmitirles enseñanzas a sus discípulos.
         Estos cuentos milenarios y por lo general anónimos han sido utilizados en muchas tradiciones orientales, tales como el Yoga, el budismo, el zen japonés, el taoísmo y otras. Son muy elocuentes y significativos, consiguiendo transmitir en pocas líneas mucho más que tratados completos de metafísica o filosofía. En este sentido, apuntan directamente al centro de nuestro ser, a la unión entre mente y corazón, a lo que llamamos ahora “inteligencia emocional”.
        Esconden detrás de las palabras, o en los espacios vacíos entre las mismas, la enseñanza de la experiencia que no puede ser explicada de otra manera. La enseñanza sin palabras a través de las palabras.
       Los maestros se sirven de ellos para ilustrar muy diferentes aspectos de las enseñanzas espirituales y también como instrumentos para desencadenar “destellos de conciencia” en la mente y consecuentemente una mayor y profunda comprensión de la realidad. Son cuentos que conectan formidablemente con todo tipo de personas, adogmáticos y que admiten distintos niveles de lecturas y comprensión.
     En nuestra cultura occidental, lamentablemente, como tantas otras cosas buenas, los Cuentacuentos populares se han perdido, o han quedado relegados a un ámbito individual y ocasional, donde el abuelo le cuenta cosas a sus nietos. Y eso cuando no se ve desplazado por las Playstation y otros juegos similares. Y tampoco me valen los “Cuentacuentos electrónicos”, pues éstos, obviamente no interactúan con el oyente y no pueden transmitir ninguna emoción.
        Recuerdo cuando en alguna ocasión, una alumna mía que se dedica profesionalmente a la animación de niños, les hacía un pequeño teatro de títeres a un grupo de ellos. Observaba casi con incredulidad las caras de asombro, los ojos como platos y la alegría de esos pequeños contemplando la pequeña obra. Estaban por completo inmersos en ese mundo de fantasía, de color y de enseñanzas ocultas. Y también me alegraba ver la enorme dedicación de esta chica a su trabajo, con verdadero entusiasmo, mucho talento y una entrega total. Era simplemente enriquecedor y enormemente educativo.
      Es una verdadera lástima que estas cosas tan hermosas se vayan perdiendo en las brumas de la memoria, tragados por la cada vez más acaparadora y alienante tecnología. Así pues, este programa va de alguna manera, dedicado a esta chica y a todos aquellos que se dedican a crear sonrisas con globos de colores.
       He pensado esta noche compartir contigo algunos de estos cuentos, que he apostillado con una reflexión propia sobre el mismo que servirá quizás de estímulo a tus propias reflexiones. El cuento se convierte de esta manera en un tema de reflexión consciente y lúcida, así como de meditación, es decir, en un magnífico soporte para desarrollar un tipo de comprensión más profunda e intuitiva y que colabora en la evolución y el despertar de tu consciencia.
          La mayoría de estos cuentos, como ya dije antes, proviene de la tradición budista china, y es pues, desde ese contexto filosófico en que se plantean, pero que debe y puede ser aplicado a nuestros quehaceres cotidianos.
         Seguramente todos nosotros encontraremos analogías en nuestras vidas cotidianas, que nos hagan recordar a ese maestro, o al discípulo, o alguno de los personajes de las historias y sus enigmáticas conversaciones. Y cuando identifiquemos esa extraña similitud con nuestra propia experiencia, se producirá un destello en tu mente y algo te hará reflexionar… disfruta de ello….

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