jueves, 14 de febrero de 2013

Reflexión de hoy...


La educación debería impartirse en armonía con la naturaleza 
esencialmente buena del niño.
El factor esencial es criar en un ambiente de amor y de ternura.
Aunque, en una perspectiva ideal, es preciso que las cualidades humanas,
se desarrollen en paralelo con la bondad,
si fuera preciso elegir entre unas cualidades generales y la bondad,
habría que elegir ésta última.

XIV Dalai Lama



       Asistimos a días convulsos en nuestra sociedad occidental, donde la educación de los niños, ha quedado en un mero segundo plano, en favor de la enseñanza puramente académica, carente hoy en día de muchos valores. 
        Se les enseñan conocimientos, se les satura de datos y cifras, pero poco se les enseña sobre gestión de sus emociones. Los valores intrínsecos que van formando el ser humano en su psicología y su emocionalidad, se los van encontrando casi de manera casual en los devenires de la vida, y muchas veces, cuando es demasiado tarde y no sabemos qué hacer con ellos, porque nadie no enseñó nunca nada al respecto.
         Así vamos criando seres humanos confusos, dispersos y desordenados en sus emociones y las relaciones con los demás semejantes y su entorno. Criamos niños -a veces como si fuera ganado- sin tener en cuenta que estamos creando las bases de la sociedad; De una sociedad que luego no nos gusta como es en su conjunto. Luego pretendemos enmendar los errores a base de psicólogos y la corrección de conductas destructivas, que no hacen sino crear más frustración y confusión a los seres humanos.

        Es lastimoso y triste observar a mucha juventud tan perdida, tan carente de valores y de verdadera afectividad, envueltos en el oscuro manto de las nuevas tecnologías, donde ilusoriamente creen relacionarse con el mundo real.
        Hemos creado individuos inseguros, emocionalmente inestables, muchas veces incapaces de gestionar sus emociones y sentimientos. Estas carencias esenciales conducen a actitudes auto-destructivas y tienen su consecuencia en las relaciones familiares y sociales. La soberbia, la falta de auto-crítica, la insolidaridad y el egoísmo inconsciente son solo algunos de los nefastos efectos de todo ello. y lo lamentable es que lo estamos viendo en edades cada vez más tempranas...

         ¿Como pretendemos que la sociedad tenga un verdadero cambio, si no enfocamos todos los esfuerzos en una educación emocional sana?...

         

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